- Monterrey y su área metropolitana enfrentan actualmente una de las crisis de agua más graves en su historia. Esta situación de emergencia ha generado un problema social que ahora plantea interrogantes sobre el plan de las autoridades de promover la entidad como capital del nearshoring
Hace 40 años, en 1984, el exgobernador Alfonso Martínez Domínguez predijo la crisis de agua que hoy enfrenta Nuevo León y sufren a diario sus habitantes.
«Monterrey tiene agua hasta el año 2010, 2020, si la usamos razonablemente y si no crecemos desmesuradamente”, advirtió el exmandatario en una entrevista televisiva.
Luego continuó: “Monterrey no debe de crecer más allá de 3.5 ó 4 millones de habitantes. De lo contrario, volverá a haber una crisis tremenda de agua y habría que traerla a costos terribles y altos de lugares muy lejanos».
Era 1984. En Nuevo León recién se había puesto en operación la Presa Cerro Prieto para poner fin a la peor crisis de agua que había enfrentado la ciudad de Monterrey.
1 En la actualidad Nuevo León y sus 5 millones de habitantes necesitan 510 millones de metros cúbicos al año, algo así como 12 presas La Boca
2 El Plan Hídrico Nuevo León 2050 contemplaba 33 proyectos para incrementar la oferta de agua para la zona metropolitana de Monterrey, pero sólo se inició uno: la Presa Libertad.
3 La población en Monterrey y su zona metropolitana en 30 años prácticamente se duplicó: pasó de 2 millones 691 mil habitantes en 1990 a 5 millones 322 mil en el 2020.
4 La crisis del agua en Monterrey requiere que el problema se atienda como una prioridad nacional, sin ocurrencias y que los regiomontanos hagan un replanteamiento sobre su papel en la respuesta a esta pregunta: ¿Por qué Monterrey se quedó sin agua?
¿Qué pasó durante estos 40 años y por qué Monterrey se quedó sin agua hoy como pronosticó Martínez Domínguez en aquel lejano 1984?
Hoy es día que los habitantes de Nuevo León no saben con certeza cómo se generó lo que hoy se le conoce como la peor crisis de agua en la historia de la ciudad.
«¿Sabes por qué no tienes agua?», se pregunta un joven en un spot pagado por el Gobierno de Nuevo León, «porque el Gobierno del Bronco vació las presas de Cerro Prieto y La Boca”.
Ese fue el primer intento de deslindarse de la crisis de agua por parte de la administración de Nuevo León que encabeza Samuel García.
Es cierto: la administración que encabezó Jaime Rodríguez dejó de hacer cosas para incrementar la oferta de agua en la ciudad.
Pero tampoco lo hizo la gestión de Rodrigo Medina, ni la de Natividad González Parás, ni la de Fernando Elizondo ni la de Fernando Canales.
En 40 años, desde 1984 cuando estaba Martínez Domínguez como gobernador hasta hoy en día, sólo se construyó la presa El Cuchillo, que se inauguró en 1994, hace 28 años durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Este año se espera poner en marcha la Presa Libertad, en Montemorelos, que tendrá una capacidad de 221 millones de metros cúbicos…claro sí hay agua.
¿Qué ha pasado en estos 40 años en los cuales Nuevo León no ha conseguido incrementar la infraestructura hidráulica lo suficiente?
Desde entonces la población en Monterrey y su zona metropolitana, una entidad que aporta el 8 por ciento del PIB Nacional y que vive un nuevo auge por el nearshoring, se ha duplicado.
Fue la administración de Jaime Rodríguez la que decidió cancelar por costoso el proyecto de Monterrey VI, que buscaba traer agua de San Luis Potosí, del Río Tampaón, afluente del Río Pánuco, a través de un acueducto de 200 kilómetros.
Es probable que hoy, si se hubiera continuado con ese proyecto, Monterrey no estaría pasando por la emergencia por la escasez de agua.
Pero quizás el problema sería otro: el costo del agua que tendríamos que estar pagando.
El Plan Hídrico Nuevo León 2050, que realizó por encargo de la administración pasada la IP regia, a través Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey y el Consejo de Nuevo León, contemplaba 33 proyectos para incrementar la oferta de agua para la zona metropolitana de Monterrey.
¿Cuáles eran estos proyectos?
En el corto plazo la perforación de pozos en el Cañón de Ballesteros en La Huasteca, en el Obispado y en la zona conocida como El Pajonal.
También se contemplaba el subálveo de los ríos Conchos, La Unión y el Río Pilón-Chapotal, además de la construcción del Túnel San Francisco III en Santiago, Nuevo León y de los Pozos Contry.
¿Los proyectos a largo plazo?
La construcción de una planta desalinizadora en Matamoros, Tamaulipas, que permitiría incorporar 5 mil litros por segundo al suministro de agua de Monterrey.
¿Qué proyectos se iniciaron en la administración anterior?
Sólo uno: la Presa Libertad, en Montemorelos, que no está concluida y se espera que este año se termine.
Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿Por qué Monterrey se quedó sin agua?
Hay tres factores principales que propiciaron la mayor crisis hídrica en la historia de la ciudad: el crecimiento de la ciudad, la no incorporación de nuevas fuentes de abastecimiento y el mal manejo en general de la gestión del agua.
La población en Monterrey y su zona metropolitana en 30 años prácticamente se duplicó: pasó de 2 millones 691 mil habitantes en 1990 a 5 millones 322 mil en el 2020.
En 30 años la población en la zona metropolitana ha aumentado un 103 por ciento, pero las fuentes de abastecimiento prácticamente siguen siendo las mismas.
Fue a principios del año 2000 que se expandió la mancha urbana hacia la periferia con la autorización de grandes fraccionamientos en municipios conurbados como Zuazua, Pesquería, García y Juárez.
El abastecimiento de agua potable para Monterrey se realiza a través de fuentes superficiales (las presas) y las subterráneas (pozos profundos y someros)
En la actualidad Nuevo León y sus 5 millones de habitantes repartidos en su zona metropolitana necesitan de 16 mil litros por segundo de agua potable.
O lo que es equivalente: 510 millones de metros cúbicos al año, algo así como 12 presas La Boca.
¿De dónde se obtienen estos 262 litros que consumen los regiomontanos por día?
Bueno, casi el 70 por ciento, unos 11 mil litros por segundo, provienen de aguas superficiales. Es decir de las 3 presas que tiene Nuevo León: El Cuchillo, Cerro Prieto y La Boca, que hoy presentan los niveles más bajos de almacenamiento en su historia.
El resto, el 30 por ciento, unos 5 mil litros por segundo, se sustrae de aguas subterráneas o pozos.
¿Cuáles son?
Los principales son el acuífero Buenos Aires, ubicado en La Huasteca; Campo Mina, el Sistema Santiago, localizado en el Cañón de Huajuco; un sistema de pozos tanto someros como profundos ubicados en Monterrey como el Topo Chico, Sistema Elizondo y La Estanzuela.
En la actualidad, por la escasez de lluvias, estos acuíferos no se han recargado lo suficiente para poder suministrar el agua que se requiere principalmente los municipios de García y San Pedro.
La falta de lluvias también están provocando los bajos niveles que registran las presas en Nuevo León.
La presa Cerro Prieto, en Linares, que aporta en condiciones normales 5 mil litros por segundo a la ciudad, está debajo del 10 por ciento de su capacidad.
Lo mismo pasa con la presa La Boca, en Santiago, que suministra 920 litros por segundo a la ciudad y que está a punto de secarse.
En este momento la ciudad sobrevive de los 6 mil litros por segundo que aporta la Presa El Cuchillo, ya con el nuevo acueducto, y de los 7 mil litros por segundo provenientes de aguas subterráneas.
Se espera que con el Acueducto II de la Presa El Cuchillo, inaugurado el pasado 13 de septiembre, la ciudad reciba cuando esté en operación al 100 por ciento 5 mil litros por segundo más y se logre compensar el déficit que existe en Nuevo León.
En Nuevo León existe un déficit de 4 mil litros por segundo, un 30 por ciento de acuerdo con Agua y Drenaje de Monterrey, para alcanzar los 16 mil litros por segundo que requiere la ciudad.
¿Qué significa esto?
Algo muy grave: Que no hay agua para 1.7 y 2 millones de regiomontanos.
“Es una situación grave”, ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la crisis del agua en Monterrey y su zona metropolitana.
El gobernador Samuel García ha reconocido también la gravedad de la situación.
“Es sin duda la peor crisis que ha vivido el estado”.
¿Agua para el consumo humano o para la industria?
Que estén sin agua las presas La Boca y Cerro Prieto ha generado que en Monterrey una parte de la discusión se centre en las concesiones de agua que tienen las empresas e industrias de Nuevo León.
Ojo: no estamos hablando de agua de la red que usa Agua y Drenaje de Monterrey, sino del agua que las empresas sustraen del subsuelo gracias a concesiones otorgadas por la Conagua.
Es otra red y esa agua es la que está en disputa.
El año pasado, durante la conferencia mañanera del 28 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer la lista de industrias que tienen concesionada los mayores volúmenes de agua subterránea en la entidad.
En Nuevo León esta información siempre se ha manejado como un tabú, a pesar de ser de interés público.
De acuerdo con el informe de la Conagua, de los 154 millones de metros cúbicos de agua subterránea concesionada que hay en Nuevo León, el 32 por ciento, unos 49 millones de metros cúbicos, está destinada para la industria de Monterrey.
¿Quiénes son las industrias que más agua tienen?
La lista es encabezada por Industrias del Alcali, Ternium, Cervecería Cuauhtémoc, Coca Cola, Hylsa y Alfa.
El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a proponer que se suspendiera la producción de cerveza y refrescos en Monterrey para que el agua que se usa para esta actividad se destine por la emergencia para el consumo humano, lo que generó una polémica sobre el impacto económico que provocaría tal medida.
Algo de contexto: este conflicto entre el presidente y los empresarios por el agua de Monterrey es histórico.
También se vivió en la década de los 70´s entre el expresidente Luis Echeverría y los industriales que tenían el control de los organismos de agua potable en el estado.
El Gobierno federal desde hace meses ha solicitado que las empresas de Monterrey que tienen concesiones de agua destinen una parte para el consumo humano.
El gobernador Samuel García ha declarado que las empresas han cedido 500 litros por segundo para la red pública desde que comenzó la crisis.
¿Es suficiente? Evidentemente no.
En Monterrey también se ha promovido una narrativa a favor de los empresarios de que los acuíferos están sobreexplotados y no tienen agua suficiente.
La verdad es que no se sabe con certeza cuánta agua hay en el subsuelo.
Ni la Conagua ni AyD han realizado estudios de las condiciones de los acuíferos, una información vital, por ejemplo, para establecer vedas del agua subterránea.
Se sabe cuánto es el volumen concesionado a la IP, pero realmente no se conoce cuánta es el agua que sustraen del subsuelo las industrias.
No existe control.
Monterrey enfrenta quizás el desafío más grande en su historia que obliga a revisar cómo ha crecido la ciudad y el manejo que ha hecho de sus recursos naturales como el agua.
¿Qué se requiere?
Lo que no se ha hecho: atender el problema de la crisis del agua en Monterrey como una prioridad nacional, sin ocurrencias y que los regiomontanos hagan un replanteamiento sobre su papel en la respuesta a esta pregunta: ¿Por qué se quedó sin agua Monterrey?
Pero la más importante: ¿Qué podemos hacer para resolver este problema?
Pero sobre todo el gran dilema: ¿Estamos realmente preparados para enfrentar el crecimiento que provocará el nearshoring en Nuevo León?
En otras palabras: ¿La fábrica de Tesla en Santa Catarina tendrá agua para la producción de sus autos o la poca que hay se la quitaremos a los regiomontanos?