- El alumno de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey resalta en este artículo la importancia de contar con profesores expertos , así como la necesidad de una planificación de temarios más eficiente, una mayor práctica de los estudiantes y una educación ética más robusta
Los y las docentes son un pilar fundamental en la enseñanza, por lo que es esencial que las escuelas de Derecho cuenten con un plantel especializado en sus respectivas áreas. Durante mi recorrido en la carrera, he tenido la fortuna de recibir clases de profesionales expertos en sus campos.
Por ejemplo, mi maestra de Derechos Humanos ha participado en litigios estratégicos que han establecido precedentes clave en el país, mientras que mi maestra de Obligaciones desempeña un rol importante en un renombrado despacho corporativo en México.
Es necesario incrementar la cantidad de ejercicios prácticos a lo largo del curso para que los estudiantes de Derecho asuman un rol activo en su propio aprendizaje. Para incorporar estas actividades, podría ser beneficioso realizar revisiones continuas de los programas académicos y capacitar al personal docente en métodos de enseñanza innovadores.
Esto nos brinda la oportunidad de explorar a profundidad temas específicos y mantenernos al tanto de las problemáticas actuales en diversas áreas del Derecho.
Otra característica enriquecedora en un plantel docente de una escuela de Derecho es la diversidad de perspectivas jurídicas y políticas presentes. Esta diversidad fomenta una formación integral y nos permite ejercer nuestro criterio al evaluar las diferentes corrientes de pensamiento.
Además, algunas escuelas de Derecho se benefician de grupos reducidos de estudiantes, lo que propicia un ambiente de clases más personalizado.
Sin embargo, la enseñanza del Derecho también presenta oportunidades de mejora para fortalecer la formación de los estudiantes.
He notado que en algunas clases falta una estructura clara en el temario, lo que puede llevar a que se deje de lado la discusión de temas relevantes o que se dedique un tiempo desproporcionado a ciertos asuntos en detrimento de otros igualmente importantes.
Ahora bien, la enseñanza del Derecho también tiene algunas áreas de oportunidad que se pueden atender para mejorar la formación profesional de su alumnado. En muchas clases de Derecho, todavía se emplea un enfoque de enseñanza tradicional y la aplicación del conocimiento solo se evalúa a través de exámenes.
Considerando que la abogacía demanda profesionales con una base ética sólida, es imperativo reforzar la educación moral en las escuelas de Derecho. Una posible solución es incluir debates sobre dilemas éticos en distintas áreas del Derecho en las clases, o establecer espacios de diálogo en las facultades para que los estudiantes exploren estos temas en profundidad.
Es necesario incrementar la cantidad de ejercicios prácticos a lo largo del curso para que los estudiantes asuman un rol activo en su propio aprendizaje. Para incorporar estas actividades, podría ser beneficioso realizar revisiones continuas de los programas académicos y capacitar al personal docente en métodos de enseñanza innovadores.
Además, se advierte una carencia de formación ética en la enseñanza del Derecho.
En mi facultad, por ejemplo, solo existe una clase de ética profesional en el plan de estudios y raramente se aborda el desarrollo moral de los estudiantes en otras materias.
Considerando que la abogacía demanda profesionales con una base ética sólida, es imperativo reforzar la educación moral en las escuelas de Derecho. Una posible solución es incluir debates sobre dilemas éticos en distintas áreas del Derecho en las clases, o establecer espacios de diálogo en las facultades para que los estudiantes exploren estos temas en profundidad.