– Estamos sobre los hombros de mujeres gigantes.
Esta mañana leí que el Código de Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo en la Mejor Práctica No. 15 recomienda la incorporación de las mujeres en la integración del Consejo de Administración.
Escuché en las noticias que el Congreso de la Ciudad de México envió una iniciativa de ley al Congreso Federal para la reforma de diversas disposiciones a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado para brindar permisos por dolores menstruales.
Me emociona conocer que la actual presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es la doctora en Derecho, Norma Lucía Piña Hernández.
Ella se ha convertido en la primera mujer en ocupar dicho cargo. También comento con mucho orgullo que gracias a la reforma constitucional de 2019, la paridad de género se establece como un principio constitucional el cual ha sido reconocido por nuestro más alto tribunal como una nueva configuración de la representación democrática en el país.
Los grandes y valiosos logros comentados son el reflejo de los magnánimos esfuerzos de la lucha, perseverancia, convicción de grandes mujeres y colectivos feministas.
Aprovecho la invitación a escribir el presente artículo para agradecer la perseverancia de las magnas mujeres que nos anteceden en esta lucha y para plasmar mi compromiso con las mujeres más jóvenes.
Es un compromiso que comparto con colegas de superar los retos que enfrentamos y realizar las acciones que nos correspondan para disminuir esos desafíos para las jóvenes mujeres. Son retos que enfrentamos por razón de nuestro género.
Como mujer que ejerce la profesión del Derecho siento una gran responsabilidad de ser un agente de cambio para mis actuales colegas y para las personas que se incorporen en el mundo laboral en esta búsqueda y lucha para alcanzar la igualdad para todas las personas en los centros de trabajo, así como en otros espacios.
Una de las maneras en las cuales busco apoyar en esta lucha de alcanzar la igualdad para todas las personas es mediante la difusión del conocimiento.
Con el apoyo del conocimiento ponerle nombre y apellido a ciertas situaciones para que sea más sencillo identificarlas, prevenirlas y erradicarlas.
Por ejemplo: el poder decir, no son piropos, es acoso. No me interrumpas, es un micromachismo. No, no necesito que expliques algo por mí, yo lo puedo explicar. El no tener instalaciones adecuadas para personas que presenten alguna discapacidad, es discriminación, la brecha salarial que existe, el llamada techo de cristal y piso pegajoso, la constante y normalizada idea que el cuidado de personas dependientes y trabajo doméstico es exclusivo para las mujeres, son acciones discriminatorias que pueden resultar en violencia.
Sí, violencia por razón de género.
Una de las grandes problemáticas que se podrían presentar en un centro de trabajo es la falta de una cultura de igualdad, por lo que, se pueden implementar acciones para exigir representación equitativa de mujeres en los puestos de decisión, liderazgo y buscar siempre la igualdad en la remuneración y por un trabajo de igual valor.
Existen diversas políticas y otros instrumentos que podemos impulsar e implementar en nuestros centros de trabajo y otros espacios con la finalidad de incorporar una cultura que busque la igualdad para todas las personas.
Un primer paso para la implementación de dichas políticas podría ser observar cuáles son las situaciones que se presentan y cómo podemos prevenirlas a través del instrumento adecuado como lo pueden ser las políticas, los reglamentos y los código de ética.
Por ejemplo, una de las grandes problemáticas que se podrían presentar en un centro de trabajo es la falta de una cultura de igualdad, por lo que, se pueden implementar acciones para exigir representación equitativa de mujeres en los puestos de decisión, liderazgo y buscar siempre la igualdad en la remuneración y por un trabajo de igual valor.
Otro ejemplo podría ser el deber del cuidado. Es conocido que de manera estructural se ha entendido que los deberes del cuidado y trabajo doméstico se encuentran reservados para las mujeres. Resulta de vital importancia combatir dichos estereotipos de género e implementar políticas que busquen y permitan una paternidad compartida y la división del trabajo doméstico, lo anterior, se podría lograr a través de implementación de políticas de licencia parental.
También es importante la incorporación de políticas que permitan la reinserción laboral de las personas gestantes o de las personas que decidieron retirarse del mundo laboral de manera temporal, para que encuentren apoyo y oportunidades de incorporarse.
Vivimos en un México con muchos contrastes, con mujeres que se encuentran en situaciones de desventaja muy críticas y tenemos que observar qué podemos hacer para que ese camino en la búsqueda de igualdad sea cada vez menos peligroso, doloroso y difícil.
En los centros de trabajo es importante que existan espacios realmente cómodos de lactancia, también como que las personas puedan acceder a honorarios laborales flexibles que les permita llevar a cabo una paternidad compartida.
También que en la medida de lo posible las personas puedan elegir qué prestaciones laborales (adicionales a las previstas en la Ley) les resultan más atractivas e incorporar mecanismos reales para que las mujeres puedan avanzar profesionalmente sin tener que hacer los grandes sacrificios que al día de hoy se enfrentan.
Vivimos en un México con muchos contrastes, con mujeres y personas que se encuentran en situaciones de desventaja muy críticas.
Observemos qué podemos hacer para que ese camino en la búsqueda de igualdad sea cada vez menos peligroso, doloroso y difícil y aprovechemos que estamos en hombros de mujeres gigantes que lograron tantos lugares de representación para ir por más.