Es importante el desarrollo de un modelo de contratación entre desarrolladores inmobiliarios y empresas constructoras que permita garantizar el cumplimiento de la norma y de las leyes, además de generar una política de formación de personal continuo.
- En la contratación privada entre empresarios y desarrolladores inmobiliarios, se ha optado por imponer un modelo de contrato que busca que el constructor sea quien absorba las obligaciones que con motivo de su construcción se generan
- Uno de los sectores que se han visto vulnerables o afectados, ha sido el trabajo de mano de obra “jornaleros”, que día con día cumplen con jornadas completas de trabajo bajo un clima adverso, desde la falta de reconocimiento a su desempeño, y por lo tanto al pago de los trabajos bien remunerados.
Considero que la contratación pública y privada, a nivel corporativo, ha sido uno de los sectores más afectados por diversos factores que a últimas fechas se han presentado.
Lo anterior no sólo engloba la cuestión económica, sino las diversas reformas a las leyes y el desconocimiento e interpretación que se les pretende dar al imponer una contratación que en la mayoría de las veces es de alto riesgo para los corporativos que dedican su giro de negocio a este sector ya sea de orden público o privado.
En nuestro estado las obras de construcción han sido generadas en la misma proporción por las dos fuentes: la del sector público y la del privado.
Por un lado, la obra pública ha sido el sostén de la industria de la construcción durante mucho tiempo. Por ejemplo, el desarrollo económico y social en nuestro estado implicó la generación de obras de infraestructura hospitalaria, para el transporte carretero e hidráulico, entre otros, cuya calidad ha sido señalada con un indicador crítico afectando el nivel de progreso en el estado, además de su viabilidad económica. Sin embargo, a últimas fechas y después de estar en proceso de superar una de las mayores pandemias presentadas a nivel mundial como lo fue la del SARS COV 2, luchamos porque nuestras fuentes de trabajo logren economías más sanas, creando mayores oportunidades para beneficio de todos.
Por otro lado, en la contratación privada entre los empresarios y desarrolladores inmobiliarios, que tienen la intención de llevar a cabo desarrollos de proyectos verticales de uso mixto, departamentales o de comercio, se ha optado por imponer un modelo de contrato grueso u obeso que engloba una serie de obligaciones contractuales y menos importancia a lo técnico.
Lo anterior busca liberar de obligaciones al dueño principal del proyecto o sus inversionistas, pretendiendo que sea el constructor quien absorba obligaciones que con motivo de su construcción se genera.
Esto ha provocado que los corporativos dedicados a la construcción, teniendo como finalidad lograr solvencia económica para su propio desarrollo y subsistencia en el negocio, se han visto obligados a firmar contratos que los fuerzan a aceptar diversas responsabilidades, retenciones y penalidades aplicadas por cualquier evento que muchas de las veces están fuera de los alcances de los trabajos a ejecutar así como la entrega de diversas garantías, todo esto sumado a la inflación aplicada a los materiales de construcción, que ponen en riesgo el flujo del proyecto durante su construcción y la utilidad pretendida por el constructor.
Desde mi punto de vista, considero que en los últimos tiempos el sector visualiza a las organizaciones corporativas más competitivas respecto de su desempeño profesional, pues han realizado diversos cambios en la oferta de trabajo en cuanto a magnitud, extensión y calidad de la misma.
Esto ha ocasionado desempeños técnicos más focalizados y altamente productivos, una selección y uso de tecnologías aptas y de vanguardia, alta especialización para tener acceso a nichos de mercado selectos que desarrollan proyectos representativos y de prioridad no solo a nivel estado si no a nivel nacional.
También esta situación ha generado acceso a fuentes de financiamiento adecuadas a los nuevos esquemas de coinversión pública y privada, así como capacidad de desarrollo de proyectos integrales en edificación, construcción de infraestructura hidráulica, sanitaria, de vialidad, otros de mayor magnitud y de representación para nuestro estado.
Sin embargo, uno de los sectores que se han visto vulnerables o afectados, ha sido el trabajo de mano de obra, los “jornaleros”, que día con día cumplen con jornadas completas de trabajo bajo un clima adverso, desde la falta de reconocimiento a su desempeño, y por lo tanto al pago de los trabajos bien remunerados.
Cabe destacar que no solo hablo del personal de campo, sino también al trabajador administrativo, quienes tras bambalinas se esfuerzan arduamente para cumplir sus objetivos.
Por lo anterior es importante entonces tener una política de formación de personal bien definida que brinde a los trabajadores la formación continua, la oportunidad de adquirir aptitudes o habilidades para ampliar sus conocimientos, nuevas técnicas que les permitan mayores posibilidades de éxito y el aumento de oportunidades para continuar desarrollándose profesionalmente.
Finalmente, considero que es urgente crear un modelo de contratación que permita garantizar cumplir con la norma y leyes del marco legal aplicable, así como con las necesidades que nuestra sociedad demanda, a fin de garantizar los costos y beneficios proyectados por el inversionista, así como el contratista al inicio de cada proyecto.