Generar autoestima y autoconfianza en lo individual y ambientes que permitan a las mujeres su desarrollo social, económico, político y cultural es un proceso que debe comenzar desde la niñez.
- La educación no es limitativa para las niñas y sí es extensiva para los niños
- El empoderamiento se basa en transmitir a las niñas que tienen libertad de elegir
El empoderamiento es la acción y efecto de empoderar; significa hacer poderosas o fuertes a personas o grupos sociales desfavorecidos.
El empoderamiento femenino recae en generar autoestima y autoconfianza en lo individual. Y, por otro lado, en generar ambientes que les permitan a las mujeres desarrollarse de forma social, económica, política y cultural.
La primera noción planteada, a diferencia de la segunda, pareciera ser que recae en una cuestión intrínseca de las mujeres, no obstante, no depende totalmente de ellas. Ese sentimiento de aptitud o capacidad depende a su vez de las circunstancias externas que la rodean.
En consecuencia, hay que preguntarse cómo y cuándo es que se genera esa autoestima y autoconfianza en las mujeres. El empoderamiento comienza desde la niñez.
La educación debe ir enfocada en desarrollar en las niñas habilidades de comunicación, de liderazgo y de supervivencia. Además de ser la escuela uno de los lugares en donde se imparte, es en el hogar y con la familia en donde todo comienza.
La educación no es limitativa para las niñas y sí es extensiva para los niños, pues el empoderamiento también se basa en eliminar la cultura patriarcal, reformulando los roles de género estereotipados. Por ejemplo, el hecho de que los niños efectivamente pueden asumir tareas del hogar.
Las acciones para generar esa autoestima y autoconfianza en las niñas en ningún momento deberían de representar una imposición. Al contrario, el empoderamiento se basa en transmitir a las niñas que tienen libertad de elegir para que esto se traduzca en aptitud y capacidad para tomar decisiones estratégicas.
Es una realidad, aún hoy en día, que a las niñas se les enseña a evitar cualquier tipo de riesgo. Esto impacta en su empoderamiento, provocando dificultades para dejar atrás sus temores y afectando la forma en la que se enfrentan a los desafíos que se les presenten en la vida.
Es también un hecho que las niñas crecen con estereotipos sociales que se basan en la delicadeza y belleza. Por ello, resulta relevante asentar que, el empoderamiento de las niñas es de interés para el crecimiento globalizado, provocando incrementos significativos en la participación económica de los países y mayores ingresos en los hogares.