El sector jurídico no es ajeno al proceso de transformación digital, al contrario, tiene manifestaciones concretas a través de las tendencias como big data, inteligencia artificial e implementación de tecnologías legaltech que constituyen un modelo novedoso en la obtención de información.
- Las profesiones intelectuales, como lo son las jurídicas, no van a desaparecer a causa de las tecnologías, pero su forma de operar va a ser completamente distinta
- El proceso de digitalización trae muchos avances para el sector jurídico, pero también acarrea consecuencias negativas
La transformación digital marca el contexto actual en todos sus planos. El proceso de digitalización ya había iniciado con anterioridad a la pandemia pero se ha visto acelerado y profundizado por ésta.
La digitalización es revisable desde muchas perspectivas, pero toma una relevancia especial cuando es analizada para el sector jurídico. El mundo del derecho está participando en este proceso desde la implementación de tecnología, hasta la transformación de las profesiones jurídicas e incluso la creación de nuevos ámbitos y situaciones a regular.
Antes de abordar este proceso, es necesario clarificar algunos conceptos relacionados con la transformación digital. En primer lugar, inteligencia artificial se refiere a un programa capaz de ejecutar operaciones y tareas atribuidas a la inteligencia humana, caracterizada por su capacidad de aprendizaje, entendimiento, razonamiento y toma de decisiones autónomas.
En segundo lugar, para nutrir esas capacidades y autonomía, ese software de inteligencia artificial ha de nutrirse de datos. El big data puede resumirse como un sistema que permite que éstos puedan ser, en primer lugar, generados, pero también procesados, relacionados y analizados.
En tercer lugar, el legaltech hace referencia al uso de tecnología en el ámbito jurídico. Es un concepto amplio, ya que puede abarcar todos los campos de digitalización dentro del sector.
Estos tres conceptos juntos (inteligencia artificial, big data y legaltech) suponen un nuevo paradigma para las profesiones jurídicas. En especial, en lo que se refiere a la obtención de información.
Más predictibilidad y eficiencia para operadores jurídicos
Superado el debate de que las profesiones intelectuales, como lo son las jurídicas, van a desaparecer a causa de la irrupción de las tecnologías, lo que sí es indiscutible es que su forma de operar va a ser completamente distinta.
La actividad jurídica se caracteriza por requerir de la obtención de una gran cantidad de información, la más concreta y actualizada, para la resolución de una situación específica. Esta es una necesidad que no ha cambiado a lo largo del desarrollo de la profesión.
Tampoco se ha transformado la información básica que busca el operador jurídico: legislación aplicable al caso, jurisprudencia asimilable, doctrina que permita comprender la situación jurídica, formularios que ayuden a resolver el caso más rápidamente y otros recursos explicativos para comprender y tomar una decisión.
En la forma de obtención de esa información, el uso de legaltech ha irrumpido completamente. Se ha transitado de la obtención de información a través de soportes tangibles (libros en papel, discos), a los soportes intangibles (ebooks, sitios web).
Algunos soportes intangibles, como los libros, no han desaparecido y tienen todavía una larga permanencia. Pero la gran irrupción tecnológica en el mundo jurídico viene del desarrollo de bases de datos y herramientas digitales jurídicas de obtención de información desde hace tiempo.
Ahora se ha incorporado la inteligencia artificial, un paso enorme a las herramientas de búsqueda que aumenta la predictibilidad sobre el caso jurídico al que se enfrenta el operador. Una buena manifestación de esto es la tecnología de previsión procesal ya implementada por varias bases de datos que permite recapitular, de forma sencilla y rápida, la opción más probable.
En otras palabras, el abogado puede tener una previsión de cómo se desarrollará en el tribunal un caso determinado. Esto es posible gracias a la obtención, tratamiento y disposición de una gran cantidad de datos sobre casos similares.
Anteriormente, las herramientas de legaltech ofrecían formatos de contratos de forma estática. En la actualidad, la inteligencia artificial permite relacionar los datos del caso concreto con otras situaciones y generar las cláusulas más adecuadas, demandas, sentencias o cualquier otro tipo de documento jurídico.
A pesar de que el proceso de digitalización trae muchos avances para el sector jurídico, también es indiscutible que acarrea algunas consecuencias negativas, como la brecha digital entre grandes y pequeños despachos. Los primeros son capaces de comprar tecnología, generarla y adaptarla a sus necesidades; los segundos no tienen la capacidad económica para hacerlo.
Hay que estar alerta al riesgo de que estos avances en la obtención de información jurídica, sean acaparados por un gigante tecnológico. En las herramientas de búsqueda genérica, son ellos los que seleccionan qué información ofrecer al usuario según su perfil, lo que limita la capacidad de creación e innovación jurídica.