- Aunque el modelo de elecciones judiciales en México es nuevo y genera incertidumbre, resulta útil analizar la experiencia que vivió Bolivia a partir del 2011 con un proceso que ha dejado pobres resultados en participación y legitimidad de los jueces electos
Mucho se ha hablado sobre las elecciones judiciales en México, el cual es un tema si bien importante de discutir, no deja de ser desconocido y en mi opinión sumamente especulativo.
Más allá de lo que se pueda decir de este modelo de designación de jueces con sus deficiencias y críticas, considero importante analizar las elecciones judiciales en Bolivia.
El proceso electoral que se celebró en este país representa el único precedente inmediato que se conoce y es comparable al contexto mexicano, y que después de tres elecciones judiciales desde 2011 podemos estudiar sus resultados.
Sin duda que conocer los resultados de la elección judicial en Bolivia a la par de la situación política de México, nos permite ampliar el panorama.
El origen de estas reformas en México y en Bolivia fueron similares. En ambos casos se planteaba un modelo libre de corrupción, donde las fuerzas políticas no tuvieran intervención y la legitimidad de los juzgadores se origine directamente del pueblo, cosa que al día de hoy y después de tres elecciones judiciales, no se ha visto.
Incluso se podría decir que derivado de estas elecciones, hubo un momento en que los 4 poderes en Bolivia (Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral) estuvieron subordinados y fuertemente influenciados por la principal fuerza política en el país, que resultaron entre diferentes situaciones controvertidas.
Es importante mencionar que Evo Morales, quien fue uno de los principales impulsores y prácticamente el autor de esta reforma, en la última elección no sólo él sino su bloque político retiró su apoyo al proceso debido a la fractura interna del oficialismo.
La última elección se realizó con un año de demora, no se sometieron a elección todos los cargos ya que se cancelaron las elecciones en algunos departamentos, entre otros conflictos.
Por lo menos en el contexto mexicano, siempre ha habido una fuerte influencia dentro del Instituto Nacional Electoral, ya que a pesar de su carácter autónomo, la integración de este órgano depende de la Cámara de Diputados, así como en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que depende del Senado.
Ahora bien, en los últimos meses, se han criticado fuertemente los fallos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Si bien no se conocen de pruebas tangibles donde se muestre una influencia directa, se alega un alineamiento de 3 de las 5 magistraturas que integran este órgano con el oficialismo.
Se trata de los magistrados Felipe de la Mata, Felipe Fuentes, y Mónica Arely Soto, quienes habitualmente emiten sus votos en bloque, como pasó recientemente con el fallo en donde se le permite a los servidores públicos promocionar la elección judicial.
Esta resolución incluso fue celebrada por la presidenta Claudia Sheinbaum en la mañanera del pasado 10 de abril.
Como principal resultado inobjetable, es el descontento y la falta de aprobación del electorado boliviano, esto se ve reflejado en las bajas tasas de participación electoral y todavía más en la nulidad de los votos.
Recordemos que en Bolivia el voto es obligatorio, aún siendo este el caso, la participación del electorado en el 2011 alcanzó el 79.67 por ciento y 84.22 por ciento en el 2017.
Todavía más importante que las tasas de participación, los porcentajes de votos válidos emitidos no alcanzaron ni la mitad en ninguna de las elecciones. Esta emisión de votos inválidos por parte del elector es evidentemente deliberada.
Otro tema de especial atención es la organización y la selección de candidatos. Mientras en México se hacen mediante Comités de Evaluación cuya integración fue determinada por cada Poder, en Bolivia se realiza con ternas que son propuestas por el órgano legislativo y posteriormente son sometida a votación en el mismo.
Otra diferencia característica e importante de consideración son los cargos que son sometidos a elección. En Bolivia solamente se elige la cúpula del poder judicial, que son el Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Agroambiental, el Consejo de la Magistratura y el Tribunal Constitucional Plurinacional, lo que es determinante, ya que nos puede dar una idea de los retos que se pueden presentar para llevar a cabo.
También sabemos que en Bolivia se presentaron múltiples complicaciones con una cantidad significativamente menor de cargos que en México.
No es la intención de este artículo generar expectativas, pero sí lo es identificar oportunidades para la correcta realización de las elecciones y minimizar las repercusiones negativas.







