- Este artículo explora cómo el diseño urbano con enfoque de género puede transformar las ciudades en entornos seguros y accesibles, beneficiando a toda la sociedad mediante la implementación de iluminación estratégica, corredores seguros y espacios públicos abiertos que promuevan la convivencia social.
En ciudades que son planificadas y construidas generalmente por hombres, resulta importante identificar las necesidades e intereses de las mujeres, específicamente hablando en temas de seguridad; un aspecto esencial que afecta directamente su calidad de vida.
La seguridad en el espacio público no es una responsabilidad exclusiva de la policía local y federal, sino que también se atribuye a la forma en la que una ciudad está diseñada para otorgar seguridad integral a su población, particularmente a las mujeres, quienes enfrentan desafíos específicos en su movilidad y uso del espacio público.
En México, es común escuchar sobre situaciones delictivas en las que las mujeres son vulnerables debido a los siguientes factores:
- Transitar por áreas peligrosas, lugares de acecho, como lo son callejones estrechos y zonas arborizadas poco visibles.
- Estar incomunicadas al no tener acceso a medios de comunicación como teléfonos públicos o redes de emergencia.
- Vivir o desplazarse en áreas con falta o poca iluminación.
Estos son escenarios propicios para la comisión de delitos, que amenazan la libertad, la integridad física y emocional de las mujeres. Por tanto, es imperativo que la regulación en desarrollo urbano contemple la creación de entornos seguros.
Para ello, los lineamientos deben incluir la implementación de corredores seguros, calles y parques bien iluminados, así como infraestructura estratégica que promueva la visibilidad y la comunicación inmediata en caso de emergencias.
También es esencial fomentar la creación de espacios públicos abiertos y accesibles que favorezcan la convivencia social, en lugar de diseñar áreas que generen aislamiento o sensación de peligro.
Lo anterior, considerando que un enfoque urbano previsor en temas de seguridad no solo beneficia a las mujeres, sino a toda la sociedad, al construir entornos más justos y habitables.







