- El uso de herramientas de la Inteligencia Artificial como VLEX, ChatGPT y Bard representan una oportunidad para integrarlas al programa de enseñanza del derecho en las universidades, pero también conlleva un riesgo y la necesidad de establecer límites en su aplicación.
La Inteligencia Artificial tiene la capacidad de transformar el modelo clásico de enseñanza del Derecho, proveyendo a los estudiantes y al cuerpo docente, la oportunidad de adentrarse al campo jurídico de una forma sin precedentes.
Su óptima implementación, materializada en el uso de distintas herramientas como VLEX, ChatGPT, Bard, entre otras, contribuye no solo a gestionar de mejor manera el procesamiento de datos, la sistematización de la información y la agilización del proceso de enseñanza, sino que además permitirá adquirir una serie de aptitudes y conocimientos secundarios que van adquiriendo mayor relevancia dentro de la revolución tecnológica de hoy en día.
Por ello, resulta fundamental que la integración de la Inteligencia Artificial al programa educativo sea concebida de manera íntegra, identificando claramente su trascendencia, la finalidad de su utilización y los límites permitidos en torno a ella.
Naturalmente, se sitúa al cuerpo docente en una posición dominante, en donde poseen la batuta para marcar la pauta con que se introduce el uso de estas tecnologías dentro del aula.
Asimismo, surge el deber de una capacitación especialmente enfocada en prevenir que las herramientas de Inteligencia Artificial se conviertan en un despropósito que perjudique al nivel de la enseñanza como podría ser la habilidad de detectar escritos creados por IA.
Desde el punto de vista del alumnado, emerge un dilema que obliga a reflexionar sobre el grado de dependencia hacia el uso de la Inteligencia Artificial. Si bien es cierto que nos permite elaborar nuestras encomiendas de una manera más eficiente, pueden convertirse en una trampa dentro del proyecto de formación académico.
Es por ello, que la claridad con que se utilicen las herramientas de IA, permitirá determinar el lado por el cual se inclinará la balanza. A final de cuentas, no debe perderse de vista que la cantidad de información y datos que comprenden el mundo jurídico, sobrepasa la capacidad de procesamiento de la especie humana. Por ello, lo emocionante que resulta contar con sistemas innovadores que permitan su procesamiento e interpretación de manera más eficiente.
Incluso, la propia historia nos ha demostrado lo infructuoso que es buscar detener el proceso de destrucción creativa, siendo mayormente favorecidos, aquellas personas que logran implementar sus bonanzas para la resolución de los retos que afrontan.