La eficiencia energética se presenta como la opción que tiene la actual administración para cumplir las obligaciones internacionales en materia de cambio climático.
tras la política que se impulsa en contra de las energías renovables
Lic. Jorge M. Castillo Sauceda | jorge@zarateabogados.com | EscalaLegal | A1V5
Nos encontramos ante un contexto ríspido en cuanto al sector energético en México.
El sector privado lucha por mantener condiciones que permitan inversiones y que, a su vez, resulten rentables, mientras que el sector público.
A través del Titular del Poder Ejecutivo (principalmente), da mensajes bastante claros sobre el diferente rumbo que pretende dar al sector energético en nuestro país.
Escudado en símbolos de soberanía y el fortalecimiento de las empresas productivas del Estado.
Dado lo anterior, los pronósticos para la inversión en este sector no son del todo favorables y la situación genera incertidumbre.
No obstante el panorama descrito, existe una figura que debe ser impulsada, desarrollada, explotada y aprovechada, por todos los sectores. Me refiero a la denominada eficiencia energética.
No hablamos de una figura nueva, de ninguna manera.
Sin embargo, ante la sola sospecha de un aumento generalizado en los costos por consumo de electricidad.
Es pertinente plantear cómo evitar consumos que no sean necesarios, y optimizar el que necesariamente se realiza.
Y es esa, exactamente, la esencia de la eficiencia energética.
La Ley de Transición Energética (LTE) incluye en su objeto.
Determina las obligaciones en materia de aprovechamiento sustentable de la energía y de la eficiencia energética.
El primero de estos conceptos legales es más amplio que el segundo, siendo que el aprovechamiento sustentable de energía comprende lo relativo al uso óptimo de la energía en todo proceso.
Y actividad para su explotación, producción, transformación, distribución y consumo, e incluye la eficiencia energética.
Por su parte, la eficiencia energética se refiere a toda acción que implique reducir la energía que se requiere para satisfacer las necesidades energéticas de servicios y bienes que demanda la sociedad.
Esto de forma económicamente viable y asegurando un nivel de calidad igual o superior en el bien o servicio.
La implementación de políticas e instrumentos de eficiencia energética le corresponden al Estado.
Como se desprende tanto de la Ley General de Cambio Climático(LGCC), como de la ya mencionada LTE.
Y si bien las autoridades gubernamentales están constreñidas a operar con sujeción a estos criterios.
Por ejemplo, atendiendo las disposiciones administrativas de carácter general en materia de eficiencia energética en:
- Los inmuebles
- Flotas vehiculares
- Instalaciones industriales de la Administración Pública Federal.
Mismas que son emitidas anualmente por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía.
También existe la obligación del Estado de promover que el sector privado y social.
Participen en la aplicación de acciones para tener mayor eficiencia en el uso de la energía.
Sin la participación del sector privado resultaría prácticamente imposible lograr el cumplimiento de las metas en materia de eficiencia energética.
que pretenden lograr una tasa anual promedio de 2.2 por ciento de reducción de la intensidad de consumo final de energía
Sin la participación del sector privado resultaría prácticamente imposible lograr el cumplimiento de las metas en materia de eficiencia energética.
Que pretenden lograr una tasa anual promedio de 2.2 por ciento de reducción de la intensidad de consumo final de energía, entre 2020 y 2035; y del 2.5 por ciento, del 2035 al 2050.
Dichos indicadores, permiten monitorear la cantidad de energía requerida para producir una unidad de valor económica del Producto Interno Bruto anual del país.
Estas metas fueron establecidas en la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios, en términos de la LTE, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 7 de febrero de 2020.
Elaborada por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía(CONUEE) y aprobada por la Secretaría de Energía.
Sin duda, invertir en eficiencia energética genera beneficios, tales como:
- Reducir costos operativos
- Mayor competitividad
- Posibilidad de obtener certificaciones ambientales
- Acceso a fondos
- Percepción de responsabilidad ante la sociedad, etcétera.
Sin embargo, requiere de inversión en equipos y tecnología, además de capacitación y desarrollo de las estrategias específicas de implementación.
Es así que, la Federación está legalmente obligada a propiciar condiciones regulatorias y fiscales.
Para facilitar el cumplimiento de las metas fijadas en la mencionada estrategia.
Siendo que los incentivos fiscales han sido reconocidos por el Consejo Mundial de Energía.
Como una de las mejores prácticas internacionales de política pública, con las que el Estado puede facilitar el logro de las metas referidas.
Sin embargo, a pesar de que la estrategia de transición también reconoce el valor de este tipo de incentivos.
No ofrece una sola propuesta para otorgarlos.
Únicamente se hace una mención vaga, en las líneas de acción para el sector industrial, que llama a fortalecer la política fiscal con criterios de eficiencia energética y uso de energías limpias.
La cual, muy posiblemente, no veamos traducida en incentivos fiscales en el futuro próximo.
Con los recientes actos del Estado Mexicano en materia de política energética.
la apuesta en instrumentos de eficiencia energética es una opción viable para buscar el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de cambio climático
Con los recientes actos del Estado Mexicano en materia de política energética.
Han sido controversiales por estimar que no procuran el cuidado del medio ambiente al dejar de impulsar (u obstaculizar) la generación de energías renovables.
La apuesta en instrumentos de eficiencia energética es una opción viable para buscar el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de cambio climático.
Para ello, será necesario incluir incentivos fiscales que animen al sector privado a realizar las inversiones pertinentes.
Bajo esta perspectiva, esperemos que los programas que se crearán para la implementación de la estrategia publicada el pasado 7 de febrero.
Fije el camino para incentivar la inversión en eficiencia en el uso de energía, en pro de todos los mexicanos.
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